Tormenta hacia Echiñguaima

Echiñguaima no existe. Este pueblo es fantasma de sí mismo; eso es, el esqueleto de un pasado que jamás ha tenido lugar...

La mujer se abrazó a mí, sumándose al ritmo de mis aullidos que golpeaban aldabonazos en cada puerta, en cada escondrijo de Echiñguaima, para anunciarles, con el sobresalto de mi aparición, que la muerte había llegado...

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